El equivalente al agua que almacena una piscina olímpica se tuvo que botar por cada segundo cuando el lago Gatún estuvo en sus niveles máximos debido a la tormenta tropical Otto. El vertido se hizo durante 48 horas intercaladas en la última semana de noviembre.
La operación era inevitable. La tormenta se originó frente a las costas panameñas, en el Caribe, y provocó constantes lluvias que subieron los niveles de agua de los lagos que alimentan las operaciones del Canal de Panamá.
Esa cantidad de agua vaciada al cauce del río Chagres para llevarla hasta el océano Atlántico equivaldría a 197 mil 600 piscinas olímpicas de 2 mil 500 metros cúbicos cada una, informó la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Se trata de mucha agua que se desperdicia por no contar con áreas de almacenamiento para guardarla.
Los vertidos de agua en el lago Gatún se hacen anualmente como medida de seguridad para proteger de inundaciones a las instalaciones del Canal y las comunidades vecinas.
Si se contara con depósitos o reservorios esta agua se podría guardar para utilizarla cuando haya escasez de lluvias. Serviría para consumo humano, para las propias operaciones del Canal o hasta para las labores agrícolas, opinan expertos. No obstante, cuando hay abundante agua, la ACP la aprovecha para generar energía. Durante las últimas semanas de noviembre la hidroeléctrica de Gatún se mantuvo generando al 100%.