Bayern Múnich acentuó su incontestable supremacía en el fútbol alemán al conquistar ayer su sexto título consecutivo en la Bundesliga.
El equipo de Jupp Heynckes se impuso 4-1 en la cancha de su rival bávaro Augsburg para certificar su campeonato número 28 de la máxima categoría de Alemania, incluyendo el solitario título previo a la era de la Bundesliga que ganó en la temporada 1931-32.
Tanto la racha de títulos consecutivos como el acumulado de campeonatos son récords en Alemania.
Bayern finiquitó la tarea con cinco fechas de anticipación, así que podrá enfocarse en los títulos de la Liga de Campeones y la Copa de Alemania en lo que resta de la temporada.
Con la mente puesta en los objetivos que le restan, los festejos fueron moderados. “Queda tiempo de sobra para celebrar”, dijo Franck Ribery en el día que cumplió 35 años.
“¡Una copa de champán, no más”!, aclaró el técnico Heynckes.
El riguroso entrenador, que llegó a mitad de año en reemplazo de Carlo Ancelotti, había advertido a sus jugadores que no permitiría excesivas celebraciones este fin de semana si se conseguía el título, ya que había que centrarse en el partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Sevilla, el miércoles, cuando los alemanes tengan que defender en casa el triunfo logrado en España por 2-1.
“Ya haremos fiesta cuando tengamos la oportunidad. Entonces nos podremos desmadrar”, prometió. Esa sobriedad no ha impedido que los jugadores hayan expresado su alegría por el triunfo tras el pitazo final. Con el título doméstico en el bolsillo, el Bayern puede centrarse ahora en el sueño de un segundo triplete, que sería histórico.
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