"Fue cómico", dijo el segunda base de los Marlins, refiriéndose al momento en que la bola fue hecha añicos mediante una explosión en Chicago el jueves. "Me dio risa ver cómo explotaron una pelota por la cual habían pagado tanto dinero".
En un intento por deshacerse de la supuesta maldición que pesa sobre su equipo, seguidores de los Cachorros redujeron a hilacha la infame pelota que habría cambiado el destino de la serie de campeonato de la Liga Nacional del año pasado entre los Marlins y los Cachorros.
Con los Cubs al frente 3-0 en el sexto juego y a sólo cinco outs de la Serie Mundial, Castillo conectó un elevado al jardín izquierdo que parecía controlado por el patrullero dominicano de Chicago, Moisés Alou.
Sin embargo, un aficionado sentado en la primera fila de las gradas trató de atrapar la pelota, pero lo único que logró fue estorbar a Alou y desviar la bola.
Tras la infortunada acción, los Marlins anotaron ocho carreras para ganar dramáticamente el partido.
Al día siguiente, los peces terminaron de hundir a los Cachorros y avanzaron al Clásico de Otoño.
Desde entonces la pelota, que más tarde fue vendida en una subasta por 113,824 dólares, fue maldecida y Steve Bartman, el desafortunado aficionado, ha vivido una pesadilla.
"Aquella jugada fue clave", dijo Castillo, quien entrena con los Marlins en Júpiter, Florida y vio la destrucción de la esférica por televisión.
"Si Moisés hubiese atrapado la pelota quizás nos habríamos desanimado y las cosas habrían sido diferentes. He visto varias veces la repetición de esa jugada y parecía que podía capturar la pelota".
Castillo se encontraba de cuenta de 3-2 cuando sacó el elevado corto al izquierdo.
"Cuando la pelota salió pensé que era foul, pero después vi que Alou se estaba colocando e incluso comencé a caminar hacia el dogout", señaló el camarero de Florida.
"He hablado con Moisés y me he ha dicho que podía capturar la pelota".
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