Mujeres en juntas directivas

OPINIÓN En Panamá hay 24 sociedades anónimas que tienen sus acciones comunes registradas en el regulador de valores (y con información disponible). Tienen un total de 208 personas como directores. De esas personas, solo 18 son mujeres, es decir, el 9%. 14 de las 24 sociedades no tienen ni una mujer en sus directivas. (Fuente: estudio y análisis propio). Hay ocho mujeres que son dignatarias, ninguna es presidente de junta directiva. Siete son simplemente directoras y tres son suplentes de directores. En Alemania, Reino Unido y Francia las mujeres ocupan 12% de las juntas directivas. En China el porcentaje es 8.5%, en India 5.3%, en Japón solo un 0.9%. En Noruega, producto de disposición legal, un 40% de los miembros de las juntas directivas de empresas estatales y cotizadas tienen que ser mujeres. Normas similares existen en España y Holanda. (Fuente: ¿Por qué no es fácil incluir mujeres en los directorios? Universiaknowledgewharton). La pregunta obligada en Panamá es: ¿Cuál es la razón de que solo haya 18 mujeres en las juntas directivas frente a 190 hombres? ¿Es que no hay mujeres de donde se pueden seleccionar directoras? No parece. En Panamá hay 1,712,584 hombres y 1,693,229 mujeres. Los hombres registran una tasa de participación en la actividad económica de 66.58% en comparación con el 37.02% registrado por las mujeres. En cuanto a distribución porcentual de la matrícula educativa por sexo, en Panamá es 65% mujeres, 35% hombres. (Fuente: Censo 2010). Conforme a estadísticas de Unesco el porcentaje de mujeres graduadas en otros campos de estudios que no son científicos en Panamá es 58% contra el 42% de los hombres. En Panamá, las mujeres se destacan ampliamente en los estudios en general. Han llegado a ocupar los máximos cargos de los órganos Ejecutivo, Judicial y Legislativo. Igual ha sido en el caso en las procuradurías, Defensoría del Pueblo, Superintendencia de Bancos, de seguros, Unidad de Análisis Financiero, Secretaría Anticorrupción, por citar algunos ejemplos en el sector público. La no presencia de mujeres en las juntas directivas de empresas públicas panameñas resulta paradójica, ya que si se observa la dinámica real, la organización de las juntas, su llevanza, su seguimiento termina casi siempre recayendo en mujeres. Esto deja claro que las mujeres se encuentran relegadas a un plano secundario y secretarial, pero no de toma de decisiones. La realidad es que la elección de los directores recae en los accionistas. El sexo del director no puede, ni debe, ser la consideración principal, ni exclusiva. La situación en Panamá es el reflejo del avance social y de la conciencia, o falta de estos, en un tema de simple equidad, y hasta de lógica, y conveniencia para todos: a igual trabajo, méritos y esfuerzos, iguales oportunidades, privilegios y derechos, sin importar el sexo. El autor es abogado.

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