El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil recibió esta semana las revelaciones de los 77 directivos de Odebrecht, con los detalles de la trama de corrupción forjada en torno al pago de coimas millonarias y concesiones fraudulentas de obras públicas.
Según el diario Estadao, de Río de Janeiro (Brasil), el responsable de la filial de Odebrecht en Panamá, André Luiz Campos Rabello, es parte de la lista de directivos que pactaron con los fiscales una reducción de condena a cambio de su confesión.
La Procuraduría General de Brasil entregó el material con las casi 800 declaraciones juradas, que también incluyen las de Marcelo Odebrecht –definido por los investigadores como el cabecilla de la red criminal–, para su análisis antes del cierre por vacaciones del alto tribunal, cuya actividad se reanudará el próximo 1 de febrero.
La última palabra para la homologación final corre a cargo del ministro del STF, Teori Zavascki. En esta fase no se escudriña el contenido de las deposiciones, sino que se verifican aspectos formales y técnicos de los acuerdos, tales como el respeto a las garantías de defensa, comprobación de que la reducción de la pena prometida se adecúa a la ley o que no hubo coacción para que los delatores accedieran a hablar.
Según cálculos de medios brasileños, los trámites para validar las declaraciones podrían extenderse hasta la mitad del mes de febrero de 2017. El diario O Globo apuntó, además, a que se baraja la posibilidad de crear un “equipo especial” que se encargaría de revisar los documentos en enero.
Todos los directivos de Odebrecht tendrán que prestar declaración nuevamente para confirmar el contenido de las deposiciones. Solo cuando haya sido validado el acuerdo, las deposiciones podrán ser usadas como pruebas por los investigadores de Lava Jato.
MARCELO ODEBRECHT, El ÚNICO EN PRISIÓN
Paralelamente, el juez Sergio Moro decidió poner en libertad este lunes a los operadores financieros ligados a Odebrecht Luiz Eduardo Soares y Olivio Rodrigues, quienes tuvieron, según la documentación judicial, un papel relevante en la consolidación de la corrupción como modelo de negocio en Odebrecht y en la implantación de un sistema profesional de pagos de coimas a través de empresas pantallas, algunas de ellas afincadas en Panamá.
Con su salida de prisión, de los 77 ejecutivos de la poderosa empresa de construcción que firmaron el acuerdo de delación premiada con el Ministerio Público Federal de Brasil, Marcelo Odebrecht es el único que continúa tras las rejas. En marzo de este año fue condenado por la justicia de Brasil a 19 años de cárcel por corrupción, lavado de dinero y asociación criminal.
El acuerdo legal, pactado por sus abogados y el Ministerio Público de Brasil, resuelve que Odebrecht –que lleva encarcelado desde hace más de 18 meses– permanezca en prisión un año más, hasta diciembre de 2017. El resto de la pena la cumplirá en régimen de arresto domiciliario.
OPERADORES FINANCIEROS LIGADOS A PANAMÁ
Olivio Rodrigues Junior prestaba servicios financieros al grupo brasileño para el desempeño de actividades ilícitas, en tanto que Luiz Eduardo Soares estuvo implicado en la apertura de cuentas bancarias en el extranjero a nombre de empresas offshore que sirvieron para lavar el dinero de las coimas que pagaba Odebrecht.
Rodrigues y Soares prestaron sus servicios en el Sector de Operaciones Estructuradas, que era en realidad un departamento dedicado exclusivamente a llevar la cuenta del pago de coimas.
Soares era el encargado de gestionar las peticiones de los líderes empresariales de Odebrecht y luego del pago de sobornos –vinculados a la obtención de obras públicas– a través de cuentas bancarias en el extranjero; en tanto que Rodrigues Junior era el responsable de hacer los pagos directos a los políticos y funcionarios beneficiarios de las coimas.
En la documentación judicial, los fiscales señalan un viaje de ambos a Panamá, del 5 de noviembre de 2014 hasta el 8 de noviembre de 2014. “En lo que se refiere al viaje realizado a Panamá, merece destacar el hecho de que algunas sociedades utilizadas por Odebrecht para el lavado de dinero y el pago de coimas tenían la sede precisamente en Panamá, como es el caso de la ‘offshore’ Constructora Internacional del Sur, S.A.”, señalan los documentos.
Esta empresa offshore fue creada en Panamá el 11 de octubre de 2006, en la Notaría Undécima de Circuito, y disuelta el 25 de agosto de 2014. Se sabe que varios exdirectivos de Petrobras recibieron pagos de hasta $3 millones procedentes de sus cuentas bancarias en Panamá. Sin embargo, sigue siendo un misterio el destino final de los restantes $47 millones que llegaron a cuentas de Constructora Internacional del Sur en el banco Credicorp, de Panamá, y que se manejaron con otros bancos locales.