El programa de salud escolar de la Dirección Regional de Salud de San Miguelito, Las Cumbres y Chilibre se fue a las 48 escuelas de primaria del sector y encontró datos que alarman: 17% de los 14 mil estudiantes analizados tienen sobrepeso, otro 17% sufre bajo peso y 3 mil 750 niños de kínder es 2% más obeso que en 2010.
Algis Torres, director regional de Salud, manifestó que es preocupante el aumento de la obesidad en las escuelas, especialmente en los niños de kínder, y estimó que esto es el resultado de la cantidad de comida chatarra que están ingiriendo estos pequeños.
Al cuestionarle sobre las acciones a seguir ante los resultados encontrados, Torres dijo que “nosotros, a través del Departamento de Nutrición, vamos a tener que hacerles a todos los quioscos un menú para que lo vendan en las escuelas”.
Torres recalcó que en 2012 van a estar más vigilantes con los alimentos que venderán en los quioscos escolares. “Les venden a los niños la bebida, el chiwí, la hojaldre y muchas cosas fritas. Eso está causando problemas en la población”, dijo.
Con poco tiempo
La nutricionista Iris Ayarza, por su parte, manifestó que lamentablemente se vive en una sociedad en la que los padres alegan tener poco tiempo.
“Los padres buscan darles a sus niños algo que sea de fácil preparación, pero estamos viendo que en las loncheras no se incluyen frutas ni vegetales”, enfatizó la nutricionista.
La especialista sugirió que por esta situación los docentes deben exigirles a los padres de familia que les incluyan frutas y vegetales en las meriendas a los estudiantes. También aconsejó reducir la cantidad de dulces y preparar los emparedados con pan integral.
“Es preferible que los jugos sean naturales, pero como la madre no tiene tiempo o le da mucha pereza, le ofrece al niño muchas bebidas azucaradas y con colorantes. Esto es lo que está pasando”, recalcó Ayarza.
Briceida de Pineda, madre de un niño de tercer grado, recuerda que desde que su hijo ingresó a la escuela notó cómo otras madres acomodan en la lonchera muchos “alimentos chatarra”.
Admitió que aunque ella trata de que su pequeño no los coma, se da el problema de que en el quiosco escolar este tiene al alcance muchas frituras, por lo que considera que esta situación debería ser regulada.
“Es una preocupación que debe nacer en casa y conversarse con el niño, explicarle que el exceso de estos alimentos va a terminar en enfermedades”, recalcó esta madre de familia.
Urge supervisión
La nutricionista Ayarza destacó que los quioscos escolares deben ser regulados directamente por las instituciones educativas, puesto que durante la licitación los propietarios presentan un menú que les es aprobado.
En la práctica, resalta, “venden alimentos fritos y no respetan el listado original que presentaron”, acotó.
De acuerdo con Dalba Caballero, del departamento de Nutrición del Ministerio de Educación, “un mal hábito de consumo no se cambia en poco tiempo. Quizá podemos decirle lo que pueden llevar en la lonchera, pero no podemos controlar lo que se come en casa”.
En el caso específico del distrito de San Miguelito, la funcionaria detalló que para el nivel de kínder se está desarrollando el programa “5 al Día”, que es una estrategia mundial que invita a comer al estudiante cinco frutas diariamente.
Agregó que también está por entregarse la Disco Lonchera, que consiste en una guía nutricional que será repartida a los padres de familia.
“Con estos programas se busca que el niño sepa qué alimentos son nutritivos, y que el papá tenga informaciones para ofrecerle a su hijo. Incluso [le permitirá] saber si la obesidad es una problema genético o metabólico”, dijo Caballero.
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