El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, indicó ayer que todos deben respetar el derecho de Turquía de proteger sus fronteras.
“Turquía no guarda rencor contra sus países vecinos. Sin duda, hicimos todo lo que pudimos para evitar el reciente incidente”, dijo Erdogan en una recepción en Ankara.
El presidente explicó que los cazas F-16 “interceptaron un avión de combate no identificado conforme a las reglas de combate reconocidas mundialmente”. A pesar de 10 advertencias, el avión “siguió violando” espacio aéreo turco, lo que obligó a los cazas turcos F-16 a derribar uno de los dos aviones de combate, declaró Erdogan, sin identificar el avión como ruso.
El presidente no abordó directamente los ataques aéreos de Rusia contra Siria, dirigidos contra grupos turcomanos, aunque dijo que Moscú ha estado atacando grupos de “turcomanos bayirbucak”. El Gobierno turco advirtió con anterioridad a Rusia que suspendiera sus operaciones regionales porque, según Ankara, los ataques aéreos estaban dirigidos contra los turcomanos.
Entre tanto, el Ministerio de Defensa de Rusia indicó ayer que está trabajando en un conjunto de medidas en respuesta al derribo del avión de combate ruso por parte de Turquía y a incidentes similares en el futuro.
“El Ministerio de Defensa de Rusia trabaja actualmente en un conjunto de medidas para reaccionar”, indicó el ministerio en una declaración en línea. El avión de combate ruso derribado era un Su-24.
Rusia afirmó por su parte, contrario a lo declarado por Ankara, que el avión fue derribado sobre Siria.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, confirmó que el incidente no perjudicará las operaciones antiterroristas de Rusia en Siria.
Antes de una reunión con el rey Abdullah II de Jordania en Sochi, Rusia, el presidente ruso, Vladimir Putin, describió el incidente como “una puñalada en la espalda” de los que son “cómplices” del terrorismo y advirtió que esto tendrá serias consecuencias para las relaciones ruso-turcos, porque “Rusia no tolerará delitos como el ocurrido hoy”.