Una de las misiones de la Asociación Panamericana para la Conservación es la de proteger a los perezosos. En 2015 rescataron a 65 mamíferos de este tipo que luego fueron liberados en los parques nacionales cercanos a la cuenca del Canal de Panamá.
El pasado martes, tres perezosos estrenaron un nuevo hogar en la selva istmeña.
Dos incendios forestales y la reducción de una zona boscosa en el sector de Panamá Oeste para construir nuevas residencias los había dejado desamparados, deshidratados y en muy mal estado físico, recuerda Néstor Correa, presidente de la Asociación Panamericana para la Conservación (APPC).
Tras varios días de cuidados, estos mamíferos folívoros, dos de ellos de tres dedos o bradypus variegatus, y uno de dos dedos o choloepus hoffmanni, fueron reubicados en un nuevo hábitat en las inmediaciones del Gamboa Rainforest Resort, ante la mirada y custodia del personal del Ministerio del Ambiente y del citado hotel.
Afirma la directora de la Appc, Yiscel Yángüez, que la fragmentación de los bosques es una de las amenazas que más experimentan estas especies a causa del ser humano y sus actos.
“Para desplazarse, el perezoso utiliza los árboles, y al no haber conexión entre el dosel forestal tiene que bajar al suelo”, apunta Yángüez, explicando la poca habilidad que tienen para desplazarse sobre concreto o asfalto, donde suelen ser víctimas de atropellos vehiculares, ataques de perros o ser electrocutados.
De otro modo, podrían vivir entre 15 y 20 años a pesar de sus depredadores naturales: serpientes, jaguares, águila harpía y coyotes, por ejemplo.
Para la APPC, el rescate de la fauna, sobre todo de los perezosos, se ha convertido en una iniciativa estandarte que compatibiliza con el ideal de este colectivo sin fines de lucro, que aspira a crear conciencia en la comunidad nacional y fomentar una mayor educación e interacción con la fauna agreste.
Así, en noviembre de 2015 y con el apoyo de Empresas Bern, el grupo ambientalista creó el Centro de Vida Silvestre, que desde el complejo hotelero situado en Gamboa, ofrece un pabellón educativo abierto al público en general.
Se trata de un recinto cercano al lago que cuenta con una clínica veterinaria, una pequeña muestra de taxidermia y algunas especies silvestres que conforman los programas de rescate que continúa la APPC.
En 2015, informa Correa, el colectivo que preside logró rescatar a 65 perezosos que fueron liberados en los parques nacionales cercanos a la cuenca del Canal de Panamá.
En lo que va de 2016 se han redimido unos 30 perezosos. “En parte por la sequía, que contribuye con la pérdida de su hábitat natural y los obliga a desplazarse en busca de alimento”, agrega Yángüez.
Por otro lado, la expansión de las fronteras urbanas durante los últimos cinco años también ha provocado que se incrementen rescates en zonas residenciales, siendo Nuevo Arraiján, Las Cumbres, Clayton, Albrook y Chilibre algunos de los puntos del país que reportan un número considerable de perezosos desorientados y despojados de su hábitat natural.