La libertad del diablo es el resultado de lo que en México se llamó el Pacto de Medios, recuerda su director Everardo González, “que pedía a la prensa dejar de cubrir temas de violencia. A las víctimas de esta violencia se les comenzó a nombrar ‘daños colaterales’ y cada semana se llevaba un recuento de ejecuciones a civiles a las que se les bautizó ‘ejecutómetro’. Yo estaba en contra de todos estos conceptos y de estas decisiones”.
Por eso hizo esta producción, que se proyecta hoy 9 de abril a las 5:00 p.m., en la sala 1 de Cinépolis Multiplaza, como parte del Festival Internacional de Cine de Panamá. “ Terminar esta película ha sido liberarme de una carga pesada”.
La sinopsis de La libertad del diablo es “mirar a los ojos de los protagonistas de la violencia, tanto víctimas como victimarios, ayuda a comprender cómo el miedo se ha insertado en el subconsciente de la sociedad mexicana. A través de una red de historias, nos enfrentamos a la oscura faceta de la psicología humana y al balance entre la humanidad y el mal”.
Detonantes
Opina que son varios los detonantes de la violencia en México, por lo que este fenómeno “es cada vez más complejo. Si existe algo puntual que lo detona es el modelo económico en el que vivimos, un modelo que divide y que niega oportunidades, un modelo en el que todo es tasable monetariamente. Incluso, la vida”.
Preguntado si la violencia en México ha aumentado en la última década responde: “Los primeros tres meses han sido los más violentos en los últimos años”.
Las principales víctimas “somos todos en mayor o menor medida. Las libertades acotadas con las que vivimos son una muestra de eso”.
“El papel que deberíamos estar jugando sociedad y Estado es en la creación de Comisiones de la Verdad que nos lleven a la justicia transicional. Sin esos conceptos, hacer justicia en México es prácticamente imposible”, indica Everardo González, el responsable del largometraje La canción del pulque (2003).
En La libertad del diablo no solo están las víctimas, sino también los victimarios. “Creo que es momento de escuchar a todas la voces, tenemos que conocer algunas de las razones que llevan a los jóvenes a jalar los gatillos, a obedecer las órdenes y a sembrar el terror. A veces, es necesario escuchar a quienes para otros son desechables”.
Al público panameño los invita a ver su película porque será “una experiencia de empatía única, a ser testigos de una película que rebasa lo cinematográfico y se convierte en algo físico”.
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