Académico de la lengua, novelista, ex corresponsal de guerra y autor de uno de los personajes más emblemáticos de la narrativa actual en español: Arturo Pérez-Reverte cumple hoy 60 años con ganas de seguir contando historias.
Y llamando a las cosas por su nombre, como manda el sello de la casa. Su cumpleaños llega apenas un mes después de que publicara la esperada nueva entrega de El capitán Alatriste: El puente de los asesinos.
La saga de aventuras enmarcada en el Siglo de Oro lleva ya más de cuatro millones de ejemplares vendidos y, gracias a ella, además de ocupar el sillón T de la Academia, Pérez-Reverte es lectura casi obligada en los colegios.
Quién se lo iba a decir aquel noviembre de 1996, cuando apareció por primera vez en las librerías la novela histórica y de aventuras sobre un espadachín a sueldo amigo de Quevedo, que firmó con su hija Carlota.
Pérez-Reverte era ya un escritor de éxito que había publicado su primera novela, El húsar, 10 años antes. Pero el oficio de escribir, como él insiste en llamarlo, venía de atrás.
Nacido en Cartagena, a orillas de ese Mediterráneo que tanto aparece en sus novelas, se licenció en Periodismo y cursó simultáneamente Ciencias Políticas. Pronto se labró una carrera como corresponsal para diversos medios. En 1994 decidió dedicarse exclusivamente a la literatura, pero sus experiencias como reportero lo acompañan en muchas de sus obras.
Así, con seis agitadas décadas a sus espaldas, Pérez-Reverte confesaba hace un mes en una entrevista que se siente “cansado”, que no podrá mantener este ritmo y trabajar “con vigor” durante más de 10 años. Incluso tiene ya calculados los libros que le quedan por escribir: cinco o seis, dos de ellos para Alatriste.
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